Estos días tengo el ego líquido, desparramado. Me cuesta trabajo contenerlo, ponerlo en su lugar, definirle los límites. Creo que esos límites son la clave y la etimología de la palabra "estar contento". Finalmente uno está contento cuando está contenido, que es decir lo mismo porque los dos son participios de 'contener'. Y uno está contenido cuando se contiene, cuando no vive más allá de sí mismo, ni en el deseo ni en la nostalgia, ni vive la vida de los otros ni se mete donde no lo llaman. Pero yo no puedo, me rindo. Yo no sé por ejemplo, dónde empiezo yo y dónde termina Isala. A veces estoy en mi casa y tengo frío sólo de pensar en el frío de la calle, porque no sé bien si estoy afuera o estoy adentro. El otro día leí en algún lugar que la empatía es una bendición y una maldición al mismo tiempo.
Esta ciudad es una ciudad tristísima. Y el mundo es un lugar tristísimo mientras contenga una ciudad así. Esta ciudad es una mancha en el corazón, y no desaparece aunque me vaya. Yo me voy, y aquí se queda Isala. Yo me voy, pero me quedo.
3 comments:
Exacto. Eso es. Asi es. La tristeza, el dolor, hacen que el alma (el alma?) se desparrame y es entonces cuando me duele la silla, cuando la alfombra me duele. Ya no soy yo. Es el principio de la locura. La tristeza es la conexion absoluta con el mundo. Es ser el mundo. Es dejar de ser yo para ser el asfalto, el ruido, las banquetas.
Contener.
Contener es horrendo tambien. Es profundamente catolico y esta asociado irremediablemente con la culpa. Me contengo de decirle a ese que detesto su voz. Me contengo de decirle a ese otro que lo amo. Me contengo y solo asi me contento. Mi interior tiene que estar guardado, porque, basicamente, me averguenza.
Eres la segunda persona en esta semana que rechaza mi teoría de la contención y el contentismo. Quizás tú y mi terapeuta tienen razón. Estar contento es cosa también de comunicarse hacia afuera, "reaching out" como le llama ella. La gracia está en encontrar el punto medio entre la empatía absoluta (en efecto, el principio de la locura, un principio muy avanzado de la locura) y el aislamiento absoluto (el fin quizás, de la misma locura).
Cuando estás contento te contienes, todo lo que tu eres viaja contigo a todos lados. Esto tiene sentido porque en los momentos más felices de mi vida siento una especie de ligereza, como si viajara a 200 kilometros por hora sin detenerme. En cambio la tristeza, depresión o duda se siente como si decidir o ir hacia cualquier rumbo costara mucho trabajo, como si tuvieras que cargar una gran cantidad de gelatina que se te escapa por entre los dedos cada vez que intentas sujetarla.
Hay, creo que mejor sigo mi día, no vaya a ser que me deprima de solo pensar en la depresión o que me empate con la empatía.
PP
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