September 04, 2008

bucólica del metro

No hay lugar más inmundo que las ciudades. Lo que es como decir, no hay lugar más inmundo que el mundo -sobre todo para la gente llamada "de mundo", que se define por la incapacidad de vivir en cualquier ambiente que no sea decididamente urbano.

En esa planta alta del infierno que llaman estación de metro, la suciedad se vive con resignación. Se agarra uno fuertemente del tubo resbaloso de grasa humana, o se sienta en las bancas tapizadas con manchas negras de chicles masticados, rodeado de óxido y orines. Cierra los ojos ante las corrientes de aire caliente que sopla por los túneles como el aliento de una bestia inorgánica. Salen de las paredes, de las escaleras y de los elevadores, olores tan nauseabundos e intensos que el olfato no los puede creer. Y se acostumbra. Y después de un titubeo muy breve, me siento en el suelo a leer mi libro y esperar, con la piel pegajosa de un sudor que ya no sé si es mío. Sólo suspiro y me revuelco sin moverme en toda la suciedad que viene a mí, que me envuelve como el cochambre a las ollas en el trastero.

4 comments:

Larisa Escobedo said...

Hazle como le haces aca: viaja en taxi


(o mejor aun, aprende a andar en bici)

Anonymous said...

No sabes andar en bici?
Yo te enseño!!!

Rasheny said...

huuy yo si disfruto ese aire caliente, es mas, me gusta escuchar como "grita" el metro cuando avanza...
Lo que no soporto es la señora que se pinta las uñas en el metro ¬¬ mal mal.
saludos!

Violeta Vázquez-Rojas said...

Raxeni: Nunca he visto a una señora pintarse las uñas en el metro. Los ojos sí, la boca, pero .. las uñas! No, eso es imposible, se chorrea el barniz, querido.
Larry: gracias por publicar y hacer llegar a Vancouver mi secreto más vergonzoso.
Paola: gracias por tu amable ofrecimiento, lamentablemente ya lo he intentado varias veces y al parecer ya pasé la edad crítica. no hay nada más que hacer. Soy el Kaspar Hauser de la biciclete.