Casi siempre digo que no me gustan las fiestas porque no me interesa conocer gente nueva. Pero es mentira. Hay a quienes no les gustan los zoológicos y no porque no les gusten los animales, sino precisamente por la razón contraria: porque los animales les gustan libres, en su hábitat, haciendo animaladas, y no encerrados caminando de un lado a otro sin saber qué hacer o no haciendo nada.
Yo odio las situaciones sociales diseñadas expresamente para que la gente “se conozca”: las fiestas, las autopresentaciones, las reuniones académicas, los bares. Las odio por fallidas, porque la gente no puede conocerse en un lugar donde todos están encerrados caminando de un lado a otro sin saber qué hacer o no haciendo nada. Es como ver a un tigre enjaulado pero con un trago en la mano. Cada vez que me invitan a una reunión donde va a haber personas que no conozco, rechazo la invitación como rechazaría una cacatúa un paseo por el apiario de Zacango. Nunca voy. Y no porque no me interese socializar. Lo que pasa es que a mí los humanos no me gustan en exhibiciones. Me gustan libres, en su hábitat, haciendo lo que hacen los humanos: trabajar o descansar, siendo lo que son.
Para no ir más lejos, esta semana conocí o reconocí a cuatro personas interesantísimas. Intrigantemente comunes y corrientes. Y de cada una quise escribir un pequeña postal de viaje.
Matar
El martes fue uno de los días más singulares de mi vida. Conocí a Aoua y Abou, una pareja de Senegal y su hijo de dos años, Matar (así se escribe, pero así no se pronuncia, por lo que su nombre suena bonito y no tiene nada que ver con el verbo español que parece que es). Los conocí comiendo pollo rostizado en una cena muy modesta en nuestra casa. Matar me habla en francés de bebé exclusivamente. Yo entiendo poco a los bebés, y a los que balbucean francés, menos aún. Desesperado ante mis recurrentes gestos y notentiendos, Matar decidió hablarme en español, con el corto vocabulario que pudo acumular en los pocos minutos de hablar conmigo: ‘Hola’. ‘Goyo’ -en seguida supo que hacer referencia al oso de peluche era un buen tema para romper el hielo. ‘Ba-bai’; ‘Tei-ker’. Lo último me lo dijo en inglés, cuando quiso dar por terminada la conversación que a puros holas sabía que no nos iba a llevar muy lejos. Matar y yo hicimos muy buenos amigos un día antes de que yo saliera de la casa con todas mis cosas. Nos reímos a carcajadas. Saltamos en el colchón. Nos entendimos bien a pesar de la escasez de vocabulario común. Nos abrazamos al despedirnos. Yo no debí haber ni cruzado la puerta del edificio cuando Matar seguro ya me había olvidado.
(sigue: Frankie)
6 comments:
es raro eso de las fiestas... uno piensa, me voy a divertir, voy a ver a choqui, a lucero, a irving, a violeta... y luego pasan unas horas como leon enjaulado y choqui estuvo todo el tiempo riendose solo y lucero solo hablo con enrique, irving no dejo de hablar del tec de monterrey y violeta no pudo llegar de ny porque se retraso el vuelo... al final quede medio peda pero me senti solita y no conoci a nadie o no reconoci a nadie.
Bueno, Larry.. hay fiestas de amigos muy buenas, como aquella donde te dimos a fumar mariguana cuando tenías trece años y a partir de ahí te hiciste nuestra inseparable amiga. Las que no me gustan son las de desconocidos. Uno piensa que el colado se la pasa muy chido en la fiesta y de gorra, pero créeme, yo he sido colada y es difícil divertirse así...
Qué chistoso, Minotauro. Ahora que lo mencionas, me acuerdo de que a mí me encantan las citas a ciegas, se me hacen deliciosamente decepcionantes. Pero no puedes NRDA porque son precisamente a ciegas, ¿no? Saludos para tí.
A mí también, aunque no lo parezca me chocan esas situaciones falsas más aquí en los gloriosos U.S.A donde son todavía más falsas y más tediosas. PERO si no te acuerdas tu y yo nos conocimos en una fiesta de cumpleaños de Larisa a donde fui aunque no conocía a más de la mitad si no es que sólo a un 10 por ciento (o sea a Lisa y a Larisa). Así es que supongo que siempre vale la pena seguirlo intentando porque a veces te encuentras a alguien con quien coincides o enquien te reconoces un poco. Monica
Mónica, me recuerdas una brillante observación que hizo Gabriel un día: "los gringos tienen un concepto muy extraño de 'fiesta': no hay música". No lo creía, pero cuando lo ví con mis propios ojos no pude terminar de comprenderlo. Creo que en el fondo me preguntaba "a qué horas empezará la pinche fiesta, yo los veo a todos parados comiendo y platicando en grupitos". Y en eso debí haber estado cuando la fiesta se acabó y todos regresaron a sus oficinas a trabajar.
Bueno, conocerte a tí en una fiesta fue un poco como encontrar una aguja en un pajar...
Y a todo esto..¿Qué significa su nombre, Matar?
Y cómo lo pronuncian?
Me encantan las postales.
Uno puede hacer tantas historias de una imagen sin que necesariamente tengan que ver con la realidad, es sólo un momento que quizas nunca ocurrió.
Saludos.
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