August 02, 2009

Todo lo que es diferente es igual

Hoy me dio por escribir sobre la distancia, porque ando lejos. Lejos de dónde no sé bien, y sobre todo no sé lejos en qué. Lejos en espacio no propiamente, porque entre este lugar y cualquiera que he llamado 'mi casa' hay los mismos miles de kilómetros que me separan todos los días del lugar donde quiero estar. Tampoco es lejano el ambiente, porque el color de la tierra, la forma de las montañas y las plantas -excepto por las obvias diferencias en tamaño- son muy parecidos a los del lugar donde crecí. Tampoco me es ajena del todo la música -¿a quién le es ajena la música de África?- el colectivo apretujado, los vendedores ambulantes, la riqueza evidente -la variedad, los colores, las lenguas- y la pobreza inevitable. Creo más bien que este lugar es lejano porque antes había dedicado muy poco tiempo a pensar en él. Pero tampoco pienso mucho en Acatlipa, Morelos, y cuando paso por ahí no me siento en un mundo desconocido. Hay algo en la distancia que es completamente psicológico, y ahora creo saber qué es.

La sensación de distancia se debe al hecho de encontrarse uno en un lugar en el que es visto como un completo extraño. Y uno sabe qué tan extraño es mientras más se parece a la gente que en otra circunstancia consideraría diferente.

Ayer, siguiendo una música muy alegre que pensamos que vendría de una fiesta, llegamos a la puerta de una iglesia. Alguien nos vió asomándonos por la reja y salió a invitarnos a pasar:

-Vengan, vengan, pasen a la misa.
-No, muchas gracias, andamos muy mal vestidas.
-No, no tengan pena, esta es una misa para jóvenes y nadie anda elegante. Pasen. Es más, aquí adentro está mi amigo, él también es blanco. Es igualito que ustedes: es holandés.

Una rusa, una egipcio-americana y una mexicana -que era yo- nos volteamos a ver las caras unas a otras, todas con la misma pregunta en la cabeza: ¿y nosotras en qué somos igualitas a un holandés? (Al final lo importante fue que entramos a la misa y bailamos y batimos palmas y cantamos estilo karaoke alguna alabanza en Akaan).

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- ¿Son gemelas?
- No, no somos gemelas. Ni siquiera somos del mismo país.
- Ah, bueno, pero son hermanas.
- Sí, está bien, somos hermanas.

La única diferencia entre Mayra y yo es que ella es diez centímetros más alta, es muy delgada, tiene la nariz muy grande y las pestañas largas y tupidas. La otra diferencia es que no nacimos en el mismo país, ni hablamos el mismo idioma. Por lo demás, somos iguales, porque todo lo que es diferente es igual y aquí entramos todos en el mismo costal.

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-Hola, ¿cómo estás? Dame dinero.
-No tengo. Y suéltame el brazo.
-¡Mira!, ahí viene tu hermano.

Y sobresalió entre la multitud un chino, que nos reconoció como 'una de los suyos' y nos saludó con la complicidad que da ser dos extranjeros perfectamente identificables: "Buenos días", nos dice resignado.

-Buenos días. Y nos perdimos otra vez, sin jamás perdernos, entre la gente del mercado.

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A menudo me toca la mala suerte de platicar con gente que dice: "Yo no sé distinguir un chino de un coreano de un japonés. Todos los asiáticos son iguales; no sé ellos cómo se distinguen entre sí". Como si la obligación de ser distinguible fuera de uno, el extraño. A esa gente me gustaría decirle que en Ghana no falta el que piensa: "Yo no sé distinguir un chino de un mexicano de un egipcio. Todos son iguales, con sus pieles amarillas y sus cabellos lacios. No sé ellos cómo se distinguen entre sí".

15 comments:

Guergana said...

Ja, sí. Lo mismo me pasa a mí que soy mulata en España o en México. En México siempre soy prima de Kalimba y en España todo mundo conoce a otra mulata exactamente igual a mí. Como si todas fuésemos iguales.

Violeta Vázquez-Rojas said...

Kalimba!? (me sigo riendo como idiota sola en mi cuarto desde que leí tu comentario).

En efecto, en México ese guey es nuestro único referente de "persona de color" que no sea de Acapulco (tampoco sabemos cómo llamarles a los negros porque pensamos estúpidamente que "negro" es una palabra ofensiva).

Debió ser duro vivir en un país donde ser mulato es una rareza. Por otro lado, seguro también te atrajo muchos amigos y pretendientes y te debió hacer sumamente popular. Aunque supongo que en Bulgaria tampoco eres el fenotipo más común, ¿o me equivoco?

Laia Balcells said...

buenísimo, Violeta. a mi me pasa a menudo que paso desapercibida en los países que visito (pero claro, todavía no he ido a Ghana) -debo tener un fenotipo común-, pero en colombia un taxista me dijo que se reconocía que no era colombiana desde el minuto en que "abría la boca". una chica en un bar me dijo que lo reconoció desde el minuto en que me vio bailar...me falló el movimiento shakira. it happens...
mucha suerte en tu viaje!

Anonymous said...

Brillante Viole

Justo le estaba dando vueltas al asunto de la ubicación de una persona en el sistema y la pregunta es si un afroamericano de tres generaciones sería por alla también un extraño...

Es Obama uno de los suyos?

Que tengas buena fortuna...

Paco said...

Sin ir más lejos, recuerdo que para una amiga de tu amigo chus Laura y yo eramos hermanos (y probablemente gemelos).
Supongo (y mi suposición es casi un anhelo) que hay un lejano planeta cuyos habitantes respiran por las extremidades, tienen dos pares de ojos, carecen de dedos en los pies y de pelo y tienen lenguas que no responden a los principios de la GU. Estos seres dirían que todos los humanos somos igualitos y que cómo es posible pretender distinguir a un ghanés de un ruso. Y tendrían toda la razón.

Anonymous said...

Jajajajajaaaa buenísimo

"¿y nosotras en qué somos igualitas a un holandés?" ...con esta me sacaste la sonrisa..

"Sí, está bien, somos hermanas" no, ahí sí ya no me pude aguantar

"no tengo. Y suéltame el brazo"...JAJAJA

Muchas gracias Violeta, por dos cosas al menos: las lindas felicitaciones de cumpleaños que tardíamente ví en el facebook, y por estas carcajadas que tanta falta me hacían.

Un abrazote, TQM

Mau.

Axel Barceló said...

Debo confesar que cuando recien llegué a los Estados Unidos tenía muchos problemas identificando a mis compañeros estadounidenses. Pasaron anos antes de que pudiera reconocer a Jack de Jake.

Violeta Vázquez-Rojas said...

Gringa, eso de "abrir la boca" me recordó una anécdota de una amiga mexicana y yo una noche en Buenos Aires. Estábamos buscando el camino a La Boca y le preguntamos al dueño de una pizzería:
- Disculpe, ¿cómo llegamos a La Boca?
Recuerdo cada palabra de su respuesta:
- A esta hora y con ese acento no pueden llegar a La Boca.
Luego nos regaló galletas. Y no fuimos a La Boca.

Violeta Vázquez-Rojas said...

Anónimo: Obama es uno de los suyos. A tal grado que hay telas (Ghana tiene fama de imprimir hermosas telas) con la cara de Obama, y la gente las usa para vestir. Una foto que no tomé por respetillo, pero que me grabé en la memoria para siempre, es la imagen de Obama, sonriente y perfectamente dibujado en la entrada de un baño público, junto a la leyenda "Gents". No ví el de enfrente, pero no me sorprendería que el letrero "Ladies" tuviera al lado a Michelle.

Violeta Vázquez-Rojas said...

Tienes razón, Panchito. Es esta maldita costumbre de sentirnos especiales. Una vez estábamos limpiando la cocina puerquísima de nuestro tres veces heroico departamento de Lingüística, y le dije a mi amiga: "Estos lingüistas vaya que son sucios, eh?" Sus palabras, siempre sabias: "No es por lingüistas, es por humanos que son sucios. Es una cosa muy humana eso de ensuciar".
A veces cuando hago generalizaciones como "es que los hombres son.. / las mujeres son.." me pregunto si no será más bien un rasgo universal humano lo que estoy juzgando. Entonces me imagino qué diría un marciano: "es que los humanos son..."

Por eso me gustan los marcianos, y porque bailan cha cha chá (o ricachá, como le llaman ellos al cha cha chá).

Violeta Vázquez-Rojas said...

Mauricito, qué bueno que te ríes, y que cumples años. A mí me hace falta una dosis de carcajadas con mi amigo Mau, a ver cuándo eskaipeamos y de paso saludo a Amanda y a Estopa. Te quiero también.

Hola Axel. Jodé, tienes razón. Yo sólo sé que Jack estuvo en Phi-Beta-Kappa y Jake en Alfa-Delta-Gamma, pero nunca sé cuál es cuál. Los dos usan chors y flipflops.

Un amigo de Israel una vez me confesó que cuando llegó a NY no sabía distinguir un chino de un mexicano. Pero él tenía un problema de extensionalidad: veía un chino y decía "ahí va un mexicano". Veía un mexicano y decía "ése es de China". Todo comenzó cuando pidió quesadillas a domicilio. Como siempre, el delivery boy era un chino. Los mexicanos están muy ocupados atendiendo los restaurantes de los chinos, por eso no llevan quesadillas a domicilio.

Anonymous said...

Hola:
¿Qué fue de la entrada de ayer?, la de los plagios. Era muy buena.

Soy biólogo y maestro, y me quedé pensando sobre el tema, con ganas de comentar sobre la diferencia planteada entre las ciencias experimentales y la lingüística. Bueno, ya ni modo.

El ejemplo que puso me divirtió, y me quedé pensando que si "Kaskañí Kaskañá" significaba "El perro está echado" ¿qué parte alude al perro y que parte a estar echado?
Es decir, si mi perra se llama Arena he de decir "Kaskañi Arena" o "Arena Kaskañá"?

Ya en serio, llego aquí desde "El Montonal", lo que escribió sobre las ciudades me gustó mucho, lo que escribe aquí también es muy grato. Un gusto conocerla. Seguiré viniendo.
Saludos
RRS

Violeta Vázquez-Rojas said...

Hola RRS. La entrada de los plagios la tuve que quitar porque la verdad es que la había plagiado.
No, la verdad es que en cuanto la publiqué me dí cuenta de que no estaba de acuerdo con la mitad de lo que decía, así que decidí regresarla al cajón y volverla a publicar cuando lo tenga más claro.
"Kaskañí Kaskañá" es mi frase favorita: está en una lengua indígena que no existe, y se hizo famosa en unos anuncios de Solidaridad, donde los subtítulos la traducían como "siente la madera".

Bien por visitar el montonal. Bienvenido a las botitas, nos estaremos viendo por acá y allá.
Saludos,
V.

el oso hormiguero said...

Hay no mames. No puedo para de reir y leerlos a todos. Y fíjate que ayer casí me tiro por la ventana. Yo también soy mega fan de los marcianos. Y ya sé donde viven, luego te llevo. Son re chistosos. Eso sí, verdes no son.

¿Y qué tal que Etna y yo somos idénticas? Y que una vez una señora me insulto en la cola del super por no hablarle en catalán: que pinche juventud, que la identidad, que las musarañas. Nadie me he gritado nunca ni tan duro, ni tanto rato ni tan feo.

Casi lloro, pues. Hasta que el de atrás le dijo a la señora que le bajara que yo no era catalana.

Y bueno, para sentirse extranjero no hay que ir a Kutna-Hora, hay que ir a Ayutla. Nunca nadie se ha reido tanto de mí. Hasta que la abuela les puso un ya estuvo. O como diría mi abula otra: un tantarantan pa que se estén sosiegos.

Necesitamos más abuelas que den tantarantanes. Habría que escribirle una cartita a la de Calderón diciéndole que ya lo castigue. No puede ser.

el oso hormiguero said...

fe de ratas

bueno, evidentemente, yo sí me he gritado así de feo. pero sólo en mi cabeza.

no me han gritado