June 13, 2009

No diga "sí" cuando quiera decir "sí"

-¿Quieres ir a otro bar?
-Bueno.
-Ya sé. Te propongo que mejor compremos una botella de vino en el camino y vayamos a mi hotel.
-Mmm... Bueno -le dije sin voltearlo a ver ni hacer nada por moverme de mi banquito, desde donde veía fijamente la lista de decenas de cervezas belgas mientras trataba de decidir de cuál de ellas iba a pedir mi siguiente tarro.

Y ya que pasaron unos dos minutos en un silencio incómodo para él, de oro para mí, tuvo la osadía, muy germánica, de preguntármelo derecho:

-¿Tienes algún problema para decir "no"?
-Sí- Le contesté.
-¿Porqué?
-No sé. Debe ser cultural. Creo que en mi país está mal visto decir que no.
-¿Entonces qué dicen?
-Decimos que sí. Pero no queremos.

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Raúl dice que su mamá tenía un libro que se llamaba No diga "sí" cuando quiera decir "no". Y que según él sí funcionaba, porque cuando le quiso dar una hojeada, la mamá se negó rotundamente a prestáselo.

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Llegó Cara a la oficina que compartimos, como en un chiste malo, una gringa, un francés y una mexicana. Venía a invitarnos a algo así como un show de un comediante con el que estaba saliendo, o algo a lo que no le puse mucha atención. Yo me negué diciendo, como acostumbro:

-Mmm... suena bien. El miércoles, ¿verdad? Tal vez sí voy, voy a hacer todo lo posible. Te confirmo por correo.

Lo cual era falso, porque no tenía la más mínima intención de asomarme por ahí ni mucho menos de escribir ningún correo para confirmarlo o desconfirmarlo. Vincent, con todas sus maneras franco-asiáticas, se deshizo en pretextos, disculpas, me-hubiera-encantado-pero-de-veras-no-puedos, y después de muchos vericuetos, dijo diplomáticamente que no. Y me hubiera olvidado de esta escena tan común y corriente si no hubiera sido por la respuesta de Tricia, que me dejó la sangre de hielo:

-No, yo no quiero ir, gracias.

Cómo admiré el temple con el que se desentiende de los compromisos un nativo de Nueva Inglatera.

Me imaginé a mí misma diciéndole a mi mamá: "No voy a ir a la comida de tus amigas porque no quiero, gracias". A la casera que me invita a merendar todos los días: "No, la verdad no voy a subir a su casa ni un día de éstos, no se me antoja, pero gracias de todos modos". A la mamá de mi amiga que me ofrece quesadillas fritas: "No quiero, señora, gracias, no me gustan".

Pero en lugar de eso: "Sí voy, aunque sea un ratito"; "Sí, cómo no, ahi nos ponemos de acuerdo para merendar un día"; "Muchas gracias, ay qué ricas quesadillas. Sí, con cremita por favor, qué amable".

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Aunque de todos, Christian era el mejor. Contestaba el teléfono, lo invitaban a algún lugar y decía:

-Espérame, déjame anotar la dirección, voy por una pluma.

Buscaba la pluma frenéticamente. Pero no el pedazo de papel. Ya que tenía la pluma en la mano:

-Ahora sí, dime -empezaba a anotar la dirección en el aire. -Perfecto. Ahí te caigo a las siete.

Y colgaba, dejando al otro pobre ingenuo esperándolo con las cervezas o lo que fuera a lo que lo hubiera invitado y que él no tenía ganas de aceptar. Cuando nosotras le hablábamos por teléfono para invitarlo a la casa, oíamos su tono de total seguridad:

-Claro que sí, voy para allá, espérenme. Segurísimo les caigo.
-Órale pues, chido.- Click.
-¿Qué dijo?
-Que no viene.

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El practi-tip ociolingüístico de hoy es, por supuesto, poner en práctica el título del libro de la mamá de Raúl, y negarse a la primera y sin chistar cuando no quiera usted algo. No sé cómo se hace, pero se puede por lo pronto tomar el modelo new-englander ("No quiero, gracias"); o para el principiante, el más amable de la escuela franco-asiática ("Me encantaría pero no puedo").

Práctica más extrema: deje de decir "sí" por un día, aunque deveras quiera acceder a algo. Niéguese hasta a lo que aceptaría de buen grado. Pero niéguese a la mexicana.

Por ejemplo, desmañanado, cuando su cuerpo pide a gritos cafeína:
-¿Te sirvo un café?
-Híjole, pues estaría bien, ¿verdad? Más al ratito, cómo no.

O bien:

-Mira, con mucha pena que sea hasta ahora pero aquí te traigo el dinero que me prestaste.
-Ah... muchas gracias, este.. sí, porqué no te das una vueltita mañana para dármelo, o pasado mañana, ¿sale? Mientras, así le hacemos.

Lo interesante de negarse a la mexicana (es decir, diciendo "sí") cuando en realidad quiere decir que sí es que pone de evidencia que la palabra "sí" (y sus variantes "cómo no" y "sí, cómo no") en español de México son neutrales respecto al valor de afirmación o negación, y como todo lo que es ambiguo, se interpretan sólo en el contexto de uso.

Ahistá, para el que quiera, la caja de comentarios, y para el que no quiera, también, porque en mexicano está más difícil negarse que hacer las cosas de mala gana.

9 comments:

Anonymous said...

algunas corrientes pedagógicas insisten en que al niño nunca se le debe decir "no", sino que hay que hacerle cuestionamentos hasta que entienda que la respuesta es un no. supuestamente, el sujeto comprenderá por qué la respuesta (si la hubiera habido) es un no.

yo digo mucho que no, pero hay algo que incomoda a mis interlocutores cuando digo ese monosílabo solito y he tenido que recurrir a suavizarlo dando razones o pretextos

"¿vamos a tomar una cerveza?"
"no. ..................... porque creo que me va a doler la cabeza en una hora"

y, al final, cuando las razones del NO son insuficientes, mejor recurrir al silencio.

Violeta Vázquez-Rojas said...

ahora voy entendiendo que mis padres pertenecieron a alguna de esas corrientes pedagógicas. Me acuerdo, por ejemplo de un intercambio así:
-Mamá, ¿porqué no le pones cortinas al coche?
-¿No crees que se vería como combi?
-¿Y qué tiene de malo eso?
... y así seguía la conversación hasta que mi hermana interrumpió a mi mamá diciéndole "¿Qué no puedes simplemente decirle que no?"

Me cae bien la gente que dice que no. Al menos no me deja esperando. Es más, hasta me dieron ganas de invitarte una cerveza.

Anonymous said...

Lo malo es que en México (no conozco otro sitio) nadie me ha aceptado jamás un no como respuesta:

-vamos por unas chelas
-no puedo / no tengo ganas / no tengo tiempo (o cualquier otra cosa negativa)
-Ándale, vamos un ratito...

Parece que "no", más bien que no, quiere decir otra cosa, a menos que agregues que se murió tu abuela o que te acaban de hacer cirugía...

Anonymous said...

argh! exacto! por que este "issue" con el decir que no... todavia ayer, por ejemplo, le pedi su camioneta a mi mama, y me responde... por que no usas el coche?... me fui, agarre las llaves del coche y estaba a punto de partir cuando escucho que mi madre grita... hey! por fin en que te vas a ir? y yo, como que en que me voy a ir? no me prestaste tu camioneta, no? --cara de confundida de mi madre- bueno, te dije que por que no usabas el coche? yo: vamos! tu respuesta fue una manera "amable" de decir que no... a lo que se quedo calladita
la onda es que esos "si que realmente significan no" no me parecen (y no son) amables en lo absoluto. Generalmente cuando uno los dice, deja al otro esperando y le negamos la oportunidad de que encuentre a alguien que si quiera ir... en que mundo es eso amable? le estamos haciendo perder su tiempo, por dios!!!

mira lo he convertido en formula.
decir que si cuando queria decir no(a la mexicana)= bien visto
decir que no cuando queria decir que no(a la mexicana)= mal visto
decir que no cuando queria decir que no (en realidad)= muestra de respeto
decir que si cuando queria decir que no (en realidad)= falta de respeto

entonces como resultado nos da:

bien visto "cortesia"= falta de respeto
mal visto "descortesia"= muestra de respeto

lo ves? lo ves? es una locura! nuestra cultura es perversa! en que mundo vivimos en el que la cortesia es una descortesia!!!

hace que uno se ponga a pensar en como esto habra surgido... igual y los que impusieron la moda de este asuntito, llegaron a la conclusion de que decir la neta era muy dificil y decidieron hacer de la descortesia una virtud, y no solo eso, la disfrazaron de cortesia pa que nunca nos enteraramos de esta incongruencia... y asi crecimos, con esta absurda idea que decir la neta es descortes y la imposibilidad de lidiar con el no... que miserable destino, tremendos pelmazos deben haber sido los que se armaron todo esto.
con lo mucho que facilita las cosas ser claro, no? digo, a mi me parece mucho mas sencillo (no siempre, pues... pero en general es la mejor manera de no complicar las cosas, segun yo)
>:*******

Violeta Vázquez-Rojas said...

Ah. Buen punto. Es que cuando alguien dice "no" por lo general quiere decir "pregúntame otra vez hasta que diga que sí". Yo sólo digo rotundos "no" cuando mi mamá me ofrece "prestarme" dinero. Lo malo es que no sé porqué, pero ya no me pregunta dos veces.

Violeta Vázquez-Rojas said...

"...y decidieron hacer de la descortesia una virtud, y no solo eso, la disfrazaron de cortesia pa que nunca nos enteraramos de esta incongruencia..."

Cada vez que proceso una doble negación, o cualquier operación que anule una operación anterior, se me mueren 456 neuronas. Pero con las que me quedan puedo todavía reconocer que tienes razón en ese parrafito.

Decir que "si" con significado de "no" (y viceversa) no es cortés, sino perverso, es verdad. "La proverbial amabilidad mexicana" es un mito inventado por las agencias de turismo, como ya lo dijo hace años Ibargüengoitia.

Anonymous said...

es verdad que cuando las mujeres dicen no en realidad quieren decir si?

Violeta Vázquez-Rojas said...

No es cuestión de género. Los hombres también dicen 'no' queriendo decir 'si' y viceversa. ¿A poco no? ¿O me vas a decir que sí?

el oso hormiguero said...

sol no ha hecho nada y víctor: tarde/mañana/noche:

v. vamos por una chela
s. no
v. ....
s. bueeeeenooooo. traíte dos.

si no soy borracha, sólo soy mexicana y le falto al respeto a mi primo bebiendo con él después de su trabajo y pagandole sus chelitas. además soy descortés y que otra lindura me dijeron incongruente y ya me hice bolas.