Ayer recibí un correo de un amigo mío, que antes de ser mi amigo fue mi alumno en la ENAH, y al mismo tiempo, pero otros días, mi compañero de clase, y por pocas cuadras mi vecino en Coyoacán y compañero de pesero los miércoles a las dos. Usualmente también esos días compartíamos la mesa a la hora de la comida. Luego desapareció y cuando reapareció yo ya me había largado del barrio.
Después de mucho tiempo de no verlo, recibir su correo ayer me llenó de gusto. En pocas palabras, decía algo así como "...estaba pensando en Borges y en la Lógica, y me acordé de tí, y casualmente en ese momento Rasheny me habla para decirme que estaba leyendo algo tuyo...".
Me latió el corazón fuertísimo. Dos colegas leyendo algo que yo había escrito. Me imaginé inmediatamente que el artículo de Elementos de Polaridad Negativa que escribí con el Txuss y que por supuesto nunca pubicamos, finalmente había alcanzado su merecida fama. O sería que ya la armé como el primer hit de las búsquedas de "subjuntivo español" en google? Creo que hasta imaginé mi nombre en la sección de Ciencia de la Jornada. Volé. Pero el mail continuaba: "...en tu blog y hasta ví unas fotos..."
Mi ego momentáneamente inflado bajó a la tierra de golpe. Claro, el blog. Ja. Ya decía yo que la fama académica no llega sola. Y hasta creo que me sonrojé un poco. La sensación de globo reventado fue suplantada suavemente por otra mucho más dulce: son hermosos los reencuentros, es lindo tener noticias buenas aunque no sean noticias: "todo es como las otras noches que ya he vivido: lucecitas, perros, marihuana, lingüística, barba... sentado con la guitarra..". Y es mucho, mucho más importante pasar de vez en cuando por la mente de un amigo que estar permanentemente citado en el artículo de un desconocido. Me acordé de Porchia: "porque estar acompañado no es estar con alguien, sino estar en alguien"...
No comments:
Post a Comment