Dado que mi público, que es Larisa, lo reclama, y que yo me debo a mi público, que es Larisa, hoy decidí salir del modo de ahorro de energía para escribir más un post. La verdad es que no había tenido mucho que escribir porque estos días la vida, la que se vive, está en retirada. En su lugar me dejó una lista de tareas que hacer cada día, a cuál más fastidiosa.
La hora excitante es la hora de dormir. Eso sí me gusta: embarcarme en mi cama mullidita y entrar en tregua hasta el día siguiente. Durante esas ocho o nueve horas de calma, pasan por mi ventana caballos con jinetes que flotan en el aire, Faba me habla por teléfono, me agarro a besos a mi colega Mike, y nado en un laguito sucio. Lucero y Maribel me visitan. Maribel usa un abriguito color púrpura con plumas que me hace reír mucho. Y las fotos son siempre pequeños videitos, se mueven.
Luego el día despunta, amanezco con una sonrisa en la boca que se desdibuja no bien despierto y me doy cuenta de que ahí está la realidad otra vez, con su "to-do list" sin tachar, la vida que se sobrevive.
"No hay luz al final del túnel", le digo. Y cínica me responde: "Pues no veas el túnel. Mira para otro lado".
1 comment:
muy bien! tu publico te aclama, las ovaciones estan en su esplendor! el publico se pone de pie ante tu maestria! (a no, perdon, ante tu doctorado)
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